NOTAS DE INTERES

Laguna Kakel Huincul

La distribución geográfica de las tarariras llega un poco más abajo del paralelo que cruza la localidad de Maipú, provincia de Buenos Aires. Es en esa misma localidad donde se encuentra la laguna Kakel Huincul, uno de los últimos lugares bien al sur donde podemos encontrar ejemplares de esta especie en cantidad y calidad.

A la misma se llega por autovía 2 Km 267 donde se puede ver perfectamente el cartel de ingreso, se accede por un corto camino de tierra en buen estado. Tiene una superficie aprox. de 2000 hectáreas entre desbordes y bañados, cuenta con una profundidad media de 1.80 metros.

La laguna desborda sus aguas en el canal dos y este en la Bahía de Samborombón, es el primer sistema hídrico de sur a norte que desagota en la bahía, limite exterior del Río de la Plata. Los próximos canales y arroyos, hacia el sur lo hacen en la albufera de Mar Chiquita y esta al Atlántico.

Su población está compuesta por tarariras, dientudos, palometas, carpas y pejerreyes. El espejo está sembrado de juncales emergentes, formando verdaderos laberintos de aguas cristalinas. Sus fondos están cubiertos de gamba rusa y cola de zorro lo que la hacen difícil para la navegación a motor.

El lugar en si tiene una gran connotación histórica política, (tratado de Miraflores) fue posta de carretas y fortín.

EL KAYAK EN LA LAGUNA

La laguna es un ámbito ideal para navegar en kayak. Su abundante vegetación emergente mantiene el agua siempre planchada, con poco viento se convierte en un verdadero espejo.

Para su pesca considero que el kayak es la embarcación ideal sin antes dejar un par de recomendaciones: si bien su profundidad media es de 1.80 metros siempre se ven 0.70 a 0.80 cm de agua transparente, el resto es vegetación de fondo. En caso de una caída no traten de hacer pie, traten de flotar lo más horizontal posible hasta subirse nuevamente al kayak.

Es aconsejable el uso de kayaks abiertos autovaciables que no superen los 3 metros de eslora para poder maniobrar bien entre los juncos. Los kayaks cerrados con su maniobra de reingreso (rool) pueden llegar a ser peligrosos debido a la abundante vegetación que emerge del fondo.

Es común que uno se quede pescando al atardecer, ya que es uno de los momentos más rendidores. Es por eso que se hace útil contar con alguna iluminación mínima, alguna linterna de mano o una luz de vincha funcionaran perfectamente.

Además con poca iluminación y nuestra altura acotada desde el kayak la orientación entre laberintos de juncos puede ser engañosa y jugarnos una mala pasada. Es bueno para esto contar con un G.P.S, o un compás o mínimamente una brújula. En mi caso lleve un compás instalado en el kayak, me sirvió mucho no solo con la orientación si no para reconocer las islas de juncales que se forman en la laguna.

Es recomendable también contar con la debida protección solar, llevar abundante agua y repelente de insectos.

El equipo de pesca: en este caso lleve dos cañas una de 6’ 5’’de acción media para una línea de 15 a 30 libras, la misma que uso para pesca variada en el mar pero con un pequeño reel frontal cargado con multifilamento y la otra de bait cast 9’ de acción media de 15 a 35 libras. con un huevito rotativo cargado con multifilamento, en este último caso fue el equipo que use con los artificiales.

El RELEVAMIENTO

Esta vez mi visita a la laguna fue aprovechando un viaje de pasada por la localidad de Maipú. Llevaba el kayak asegurado sobre el vehículo y lo mínimo e indispensable para hacer noche en el lugar y nuevamente al mediodía emprender el regreso.

Llegue a las 16 hs. con mucho calor y un viento norte fuerte. Mi primer intento de pesca fue en el muelle tratando de atrapar algunos dientudos con lombriz a modo de carnada.

Mi sorpresa fue ver sobre el muelle gran cantidad de pescadores haciendo sus intentos, aun siendo día de semana. Y más sorprendido por algunas capturas obtenidas, en este caso una carpa espejo y una linda tarucha por un joven marplatense.

Ya con algo de carnada, una línea con boya plop y un par de artificiales me fui directo para la casita flotante, a si la conocen en la laguna. No es más que una tapera armada sobre palos enterrados en el fondo de la laguna que supo construir alguien alguna vez para pasar los fines de semana. Se encuentra a 1200 metros rumbo sur del muelle, su camino es un verdadero laberinto entre juncales. Hoy totalmente abandonada se conoce como un buen punto de pesca para esta especie. Además permite asegurar el kayak con un cabo a los pilotes, poder tener algo de sombra y aprovechar el claro para intentar pescar sobre toda la pared de vegetación que circunda la tapera.

Los primeros intentos fueron con carnada a una profundidad de 0.60cm. Un par de llevadas y un par de tarariras chicas marcaron el comienzo. Lamentablemente el viento cambio de repente, hacia el cuadrante E, trayendo aire muy fresco y con una marcada intensidad que hacia rizar la laguna.

En ese momento se arrimó un bote al lado de la casa para sumarse a los últimos intentos de la tarde. Justo en ese instante, ni bien terminaban los saludos mi bolla plop desapareció rápidamente entre los juncos. Algo grande se podía intuir del otro lado de la línea, por suerte durante los primeros chapoteos cerca del kayak pude asegurarla con la pinza. Gracias al ocupante del bote que accedió gentilmente a capturar algunas imágenes pude registrar ese lindo ejemplar de tararira. Todo ese buen momento, no más de algunos minutos, acerco la oscuridad de la noche y sobre la laguna arranco una orquesta de sapos, ranas y chicharras en un coro ensordecedor.

Decidí volver rápidamente, todavía tenía que armar la carpa e improvisar alguna comida. A mí me separaban 20 minutos de remada hasta el muelle, si no erraba el camino. El bote se quedó un rato más pescando, contaba con alguna ventaja.

Durante el regreso, por los juncales todavía se escuchaban las súbitas explosiones de algunas tarariras cazando al ras del agua. Lamente no haber tenido más tiempo para probar con artificiales, esperaba con ansias la mañana, aunque los resultados podrían ser dudosos, durante ese momento del día, tratándose de esta especie.

LA REVANCHA

El día amaneció radiante, sin viento y prometiendo una jornada plena de altas temperaturas. Charlando con Marcelo Acebal el concesionario de la laguna le comente de mi corta incursión por la casita y de mis ganas de intentar con artificiales, aunque dudaba si durante la mañana podía ser viable alguna captura con señuelos.

Me aseguro que como estaban las condiciones me iba ser posible, acá nomas me dijo, a la izquierda del muelle en los primeros juncales. Apure unos mates, aliste el kayak y con mucha ansiedad comencé la remada.

Deje atrás la imagen del muelle, esta vez no estaba colmado de gente, solo un pescador se confundía entre los pilotes y el reflejo.

El agua increíblemente clara dejaba ver cantidad de carpas de todos los tamaños, algunos verdaderos trofeos, ni bien comencé a internarme entre la vegetación empecé a escuchar los chapoteos y podía ver a todo mi alrededor tarariras de todos los tamaños saltando fuera del agua. En ese punto daba lo mismo intentar en cualquier lugar, todos parecían buenos. Asegure el kayak a unos juncos con un cabo (nunca use fondeo) y comenzó la acción.

Los primeros intentos fueron con la caña que tenía armada con la boya plop y algunos dientudos secos del día anterior. Las respuestas fueron inmediatas ni bien se hundía lentamente la boya venia la clavada y el chapoteo sobre el agua que rompía el espejo.

En la primera hora fueron todos ejemplares chicos decidí mover unos metros y comenzar a rastrillar la zona con una ranita paseante de media profundidad. Pasaron largos minutos hasta empezar a despertar el interés. Note que si el artificial caía bien cerca de los juncos se podía notar un movimiento en los mismos y al poco tiempo algún ataque, muchos de ellos con pocos éxitos de clavar el animal, no era tan fácil.

En una de tantas pasadas, excitando la zona, caí justo al alcance de un lindo ejemplar, guauuu que lindo que es la pesca de esta especie con artificiales, uno puede explotar al máximo todo el potencial deportivo que tiene. El ataque, la explosión, la mordida, la clavada, todo pasa en un par de segundos, transmitidos por la tención del multifilamento y se convierten luego en largos minutos de charlas y recuerdos.

Estando solo, capture las imágenes que pude y la devolví al agua. Decidí a cambiar el engaño por una ranita anti enganche que trabajaba un poco más a flote. La vegetación en suspensión tapaba los anzuelos en muchas oportunidades (señuelo sucio, señuelo que no sirve).

Trayendo el poper anti enganche pude notar que las tarariras chicas no se sentían atraídas, se las podía ver, se las podía escuchar pero en superficie no atacaban. Estaba esperando algún lindo ejemplar para cerrar la jornada. Plap, plap,plap venia el señuelo en su sincrónica marcha contrayendo y estirando sus flecos de goma y de repente el golpe certero de una linda tarucha lo hizo desaparecer. Nuevamente toda la adrenalina, toda la tensión rompió la calma de la laguna. Pude sujetarla con el boga grip le saque un par de fotos cerca del kayak.

Por suerte minutos antes de la captura vi un kayak rojo cerca de mi posición, aparentemente paseando por la laguna. Inmediatamente lo llame, necesitaba apoyo para lograr alguna buena imagen de la captura.

A todo esto se habían hecho las 11 de la mañana, el sol quemaba, necesitaba algo de sombra y decidí finalizar la jornada. Aun me quedaba desarmar el pequeño campamento, asegurar el kayak en el vehículo y llegar a Mar del Plata en horas de la tarde. En la corta remada de regreso no dejaba de pensar en lo que hubiera sido a la tarde, ese mismo lugar después de las 16 hs. Siempre invento una excusa para volver y mientras tanto planear una próxima salida.

Gratamente satisfecho por los resultados obtenidos, la laguna bien poblada me demuestra siempre su potencial. Un lugar recomendable.