PESCA

Ecosondas

Las ecosondas o sondas ecoicas están determinadas en la navegación para marcar obstáculos debajo del agua y la profundidad existente desde el transductor al suelo marino, lacustre o fluvial.

El uso más importante para nosotros es en la pesca. Su importancia esta dada para la detección de peces, cardúmenes y además para poder ver (en forma simulada) las características del fondo, para poder reconocer si el lugar es conveniente para las especies que buscamos.

Como funciona: básicamente es un emisor y receptor de ondas transmitidas y recibidas por el transductor, las ondas de retorno son analizadas y convertidas a una imagen simulada.

Estas imágenes reproducidas en la pantalla podrán ser en dos D algo pixeladas hasta calidades de video en tres D, dependiendo del equipo.

Como la velocidad de propagación de las ondas sonoras en el agua es conocida se calcula la distancia a la que la onda rebota y por lo tanto la distancia a la que se encuentra el objeto. Además, la fuerza o intensidad del eco reflejado puede mostrarnos la densidad del suelo (arena, lodo en suspensión o piedra) o así también el tamaño de algún objeto.

Las ecosondas más conocidas que se adaptan a nuestro uso denominadas FISHFINDER en la lengua inglesa, emiten en un rango de 50 a 200 khz. Frecuencias altas de 200 khz ofrecen mayor nitidez en aguas poco profundas y la frecuencia de 50 khz permite ver a mayor profundidad (frecuencias bajas llegan más legos en el agua).

Para el rango de profundidades que nos movemos sobre el kayak en el mar la frecuencia de 200 kHz es la que mejor información da.

Muchas ecosondas para uso recreacional, (pesca principalmente) están adaptadas para trabajar con las dos frecuencias a la vez cubriendo un amplio rango de profundidades. Configurando la misma en función pantalla dividida bajo un mismo cono de haz podremos abarcar distintas profundidades.

El ángulo efectivo de la onda sonora es lo que se denomina ancho de haz. Un ángulo más estrecho siempre ofrece mayor energía de retorno para detallar objetos, peces, etc. Pero un cono estrecho limita la visión perimetral, esta función aparece muchas veces como zoom en esta clase de equipos. Es de suponer que a poca profundidad nuestro cono de observación se estrecha, limitándonos bastante.  No es lo mismo profundidades de 6 metros que si estuviéramos pescando a 40 metros, esto hace que muchas veces a poca profundidad los peces se ven en la pantalla solo por un momento y luego desaparecen. Esto es lógico, si están en movimiento solo serán capturados por el estrecho cono unos segundos, además en esto también tiene que ver la velocidad del procesador del equipo. Siempre hay un delay entre lo que capta el transductor y lo que se representa en la pantalla sumado a esto que los peses nadan muchas veces en forma veloz hacen que solo un instante se pueda ver la representación de un pez en la pantalla.

¿Cómo interpretar la pantalla? Al principio la interpretación de la pantalla puede resultar algo complicada, con el tiempo, la práctica y la configuración de la ecosonda nos hará interpretar bien todos los datos.

Al principio nos veremos tentados a mostrar las marcas de rebote como simuladores de peces para una fácil comprensión. Pero muchas veces el procesador interpreta cualquier objeto en suspensión, (basura, desechos) como tales. Al principio seleccionen el tamaño para que la configuración sea más selectiva y algo más precisa (chico, mediano o grande).

Lo ideal es aprender a interpretar las marcas verdaderas que se ven en la pantalla y conocer con el tiempo cuales corresponden a peces, cardúmenes o material en suspensión.

Debido generalmente al barrido lateral que hace la ecosonda para recomponer la imagen en la pantalla y el rebote del eco hacen que los elementos en suspensión que se representan se muestren como medialunas, algo curvas con un volumen más grueso en el medio.

Cuando estas figuras se juntan formando una mancha es que estamos en presencia de un cardumen. Además, la ecosonda siempre nos muestra en una escala lateral la profundidad del objeto en suspensión, sean peces u otros elementos. Esto nos ayuda a determinar muchas veces que tipo de peces observamos por su profundidad de habitad.

Las ecosondas color nos brindan principalmente una mayor interpretación de la densidad de los objetos y del suelo. Colores claros, celestes, verdes nos muestran menor densidad de material. Verdes oscuros, rojos, violetas y negro nos muestran materiales más densos, que podrán ser greda o piedra. Otro dato que ofrecen estos equipos es la temperatura tomada desde el transductor, otros poseen alarmas de profundidad (ideal su uso en embarcaciones mayores para asegurar el calado) y alarma de deriva, cuando la imagen del fondo varía mucho en profundidad o forma nos avisa que nos estamos corriendo del punto.

Equipos bien completos nos brindan la posibilidad de contar con una ecosonda y un G.P.S. incluido, ideal para guardar los puntos hallados de interés en forma rápida. Nuevos equipos de última generación van guardando las imágenes del fondo para crear sus propias cartas náuticas, con isobatas de profundidad y todos los puntos de interés y referencia que nosotros podamos agregar.

Como verán las posibilidades día a día de estos equipos son cada vez más, pero quizás el punto débil de todo esto sea la vida útil de la ecosonda arriba de nuestro kayak. Por mi experiencia pude ver que las conexiones de alimentación y las del transductor son los puntos más problemáticos.

Partimos de la base que los equipos son sumergibles, aptos para recibir una breve inmersión, Norma IP7 como mínimo (inmersión completa en agua a un metro durante treinta minutos).

Muchas veces con el afán de proteger la ecosonda, desarmamos y armamos el equipo enchufando y desenchufando el transductor y la alimentación.

En el medio salino del agua de mar los contactos expuestos se sulfatan rápidamente, haciendo una mala conductividad o simplemente poniendo en cortocircuito la alimentación de 12 V.

Lo ideal es mantener el equipo fijo en el kayak, libre de golpes y que se pueda plegar para que no sobresalga de la altura por las bandas del kayak, para que siempre este a resguardo cuando ingresamos o salimos del mar. Las conexiones deberán ir fijas y selladas con algún sellador a prueba de agua (no a base de silicona) lo único que se removerá para su carga será la batería de gel de 12 Volts por 4 o 6 Amperes, dependiendo del consumo de la ecosonda.

La batería siempre tendrá que ir en el interior de nuestro kayak, fija (para evitar que se desconecte) en alguna bolsa estanca o recipiente hermético, nunca se deberá mojar.

Es importante conseguir el cargador adecuado para la batería, de esto dependerá la vida útil de la misma o su óptimo rendimiento. En las casas de insumos electrónicos donde podrán adquirir la batería asesórense por el tema.

Si deciden remover la ecosonda y las conexiones en cada salida de pesca no duden en enjuagar con agua dulce el equipo, secarlo bien y limpiar bien los terminales de los cables (transductor y alimentación). También se le podrá aplicar a las conexiones algún aerosol aislante, que se podrá adquirir en las casas de electrónica.

Otro elemento importante que tendrá que ser instalado en el interior del kayak es el transductor, pegado en el casco por la parte media de la embarcación. De la correcta instalación de este elemento dependerá el buen funcionamiento del equipo.

El lugar elegido para adherir el transductor será una parte bien plana, lo más perpendicular posible a la línea de flotación. Previamente se deberá limpiar la superficie del caso con una lija, colocar suficiente pegamento no siliconado a prueba de agua, el que se usa comúnmente para sellar roscas de caños de agua. Al apoyar el transductor, (respetar siempre la posición, tiene un frente que va hacia la proa) ejerzan una buena presión para desalojar el pegamento evitando que queden burbujas de aire entre el transductor y la superficie del casco.

En caso de no tener acceso al interior del casco se podrán colocar el transductor con algún tipo de brazo extensible siempre y cuando su posición sea bien rígida, para evitar cambios de ángulos en el transductor y que la posición asegure una total inmersión del transductor a unos veinte centímetros de profundidad como mínimo.

El cable del transductor nunca se deberá cortar, generalmente el sobrante será enrollado y asegurado con un precinto. El de alimentación si se podrá añadir, siempre y cuando reúna las mismas características del original, la unión será estañada y convenientemente aislada a prueba de agua.

Es recomendable que estos equipos no sean usados por principiantes en la pesca en kayak, ya que es agregar un elemento más de atención a todo el conjunto. Su costo beneficio es muy relativo. Depende mucho del ámbito donde será usada, la profundidad y las especies que buscamos. Voy a dar unos ejemplos en donde más me ha sido útil: en profundidades de más de diez metros, buscado piedras sobre fondos lisos duros, habitad principal de besugos y meros. También cuando busco algún banco de pesca marcado en el G.P.S corroboro el fondo, generalmente depresiones de suelos rocosos.

En ciertas oportunidades al no tener respuesta alguna, prendo la ecosonda y si no veo nada de actividad en la pantalla dejo de echarle la culpa a la luna o la carnada, levanto las cosas y me muevo a otro point. Una técnica que he practicado con cierto éxito fue mantenerme al garete sobre un área determinada con la ecosonda encendida y la caña lista con un paternóster de fondo y una plomada pesada para asegurar un rápido descenso. En caso de ver en el fondo algún pez grande, (habitualmente busco corvinas) dejo caer el plomo arriba del pez, generalmente la respuesta es inmediata.

En ámbitos lacustres, poco profundos su utilidad es nula como detector de peces ya que la materia orgánica en suspensión suele dar error como lectura, solo es útil como sonar de profundidad.

 

En los lagos del sur solo se podrá detectar algo de vida en los primeros veinte metros de profundidad, cerca de La orilla. Y podremos estar seguros que en esas circunstancias ninguna desconfiada trucha permanecerá un segundo debajo de nuestro kayak. En profundidades mayores en dichos lagos (hasta los cuatrocientos metros de profundidad) no se observa vida detectable con el ecosonda.

Por suerte, el uso de las ecosondas podrá ser una ayuda pero no es determinante, el azar y la técnica siguen siendo lo más importante y mantienen viva por ahora la magia de la pesca.

 

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