CLIMA

La virazón

Todos habrán observado sobre la costa en los meses de verano que en los días despejados con creciente temperatura generalmente hacia el mediodía se pone algo ventoso, con un mar algo más movido, incluso con la aparición de algunos corderitos.

Es un fenómeno meteorológico que se repite una y otra vez bajo ciertas circunstancias atmosféricas. Todo kayakista experimentado sabe que en verano generalmente al mediodía el mar se rompe. De todos modos, bajo estas circunstancias el viento siempre abatirá a nuestro favor trayéndonos a tierra pero eso si con un mar más movido.

Este fenómeno tiene su origen cuando el sol calienta la arena y la tierra cercana a la costa, trayendo a posterior un viento proveniente del mar que trae aire más fresco y húmedo.

Como el aire es más frio y más pesado sobre el agua, este fluye sobre la tierra en zonas de aire más caliente y liviano, esta elevación de vapor genera muchas veces nubes cumuliformes sobre la tierra. La corriente superior retorna nuevamente hacia el mar donde baja  al enfriarse alimentando el ciclo de la briza marina.

Este fenómeno es muy común en verano, sobre la costa atlántica en días despejados o poco nublado, siempre y cuando no haya un potente sistema bárico alrededor que gobierne las condiciones del lugar.

Cuando se forma la brisa marina es estable, con su pico máximo entre las 15 y 16 horas, el viento nunca superara los 15 nudos. Si esta velocidad se viera incrementada estaríamos en presencia de otras circunstancias que alimentan al sistema, a citar por ejemplo una masa de aire frío desplazándose sobre el agua, o una baja de presión sobre tierra. Únicamente bajo ciertas circunstancias geotróficas, por ejemplo laderas o acantilados la briza marina como tal podría incrementar su velocidad.

En todos esto casos la brisa marina podía desparecer o incrementarse bajo sistemas más amplios y potentes que gobiernen la zona.

El desarrollo de este sistema se extiende más sobre la tierra que por sobre el agua, igual sus efectos pueden sentirse a 1 milla del litoral, (estando sobre el agua) y unos cuantos kilómetros tierra adentro. Su cuadrante nunca es fijo, el mismo irá variando durante el día, no siendo siempre perpendicular a la costa.

Es común sobre la costa Bonaerense,  generalmente en el mes de enero, observar como una suave brisa que comenzó a primeras horas de la mañana del cuadrante N.W, N comienza a bornear al cuadrante N.E, E, poniéndole un freno al termómetro.

De todos modos el solo establecimiento de la brisa marina no es garantía de que permanezca. La formación de mucha actividad conectiva, (nubes cumuliformes en exceso sobre la costa), indicaran un cambio debilitando o anulando la briza marina.

Con la puesta del sol y dependiendo de cuán rápido descienda la temperatura durante el crepúsculo, la briza marina caerá hasta desaparecer.

Durante la noche se produce el recorrido inverso, ya que el agua se encuentra más caliente que la tierra, se lo denomina terral, una suave brisa que va de tierra hacia el mar y tiene su pico máximo una horas antes del amanecer.

Nunca supera los 6 nudos, ya que la diferencia de temperatura entre la superficie del agua y la tierra no es tan marcada, (la masa de agua es más estable y varía muy poco su temperatura),  este fenómeno al igual que la virazón está sujeta a los sistemas barométricos de la zona.

Durante los meses cálidos el terral es responsable de amaneceres calmos con mar planchado, brindándonos un buen momento de navegación segura y confortable.

El dibujo de la izquierda muestra cómo se desarrolla la brisa marina y el de la derecha corresponde al terral.

 

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